Como esta???

Que el amado DIOS los colme de BENDICIONES.

viernes, 8 de noviembre de 2013

OPUS DEI

El "Opus Dei" fue fundado como "....camino de santificación dirigido a toda clase de personas",26 lo que resultaba novedoso, pues en aquella época era común pensar que sólo los religiosos podían ser santos.
Según explicaba el propio Josemaría Escrivá, la finalidad del Opus Dei es "contribuir a que haya en medio del mundo hombres y mujeres de todas las razas y condiciones sociales que procuren amar y servir a Dios y a los demás hombres en y a través de su trabajo".27 Para su Fundador, la actividad principal del Opus Dei es dar formación a sus miembros y a la gente que quiere recibirla, hasta el punto de que a veces resumía el papel del Opus Dei como "una gran catequesis".28
Se presenta aquí un resumen de las enseñanzas de Escrivá de Balaguer, el mensaje oficial del Opus Dei:
Vida ordinaria. Siendo miembros de la familia de Dios a través del bautismo, los cristianos están llamados a la santidad, una vida coherente con su nueva condición de hijos de Dios. La mayoría de los cristianos deben santificarse en el mundo, escribe Escrivá. Así siguen las pisadas de Jesús que según la Biblia trabajó como carpintero y vivió como hijo de una familia judía en una pequeña aldea durante 30 años.
Santificación del trabajo. Cualquier trabajo que hacen los cristianos debe ser hecho con espíritu de excelencia, como un servicio efectivo para las necesidades de la sociedad. Así será un ofrecimiento debido para Dios. En su trabajo de servicio, Jesús hizo todo bien (Marcos 7:37).
Oración y mortificación. De la caridad (amor de Dios) brota la oración constante, apoyada en normas de piedad por las que el cristiano se relaciona con Jesús sacramentado y con la Virgen María. La mortificación, práctica antiquísima de la Iglesia (incontables santos y cristianos la han practicado desde inicios del cristianismo), es la "oración de los sentidos". Esta consiste en hacer pequeños o grandes sacrificios (como retrasar un vaso de agua por 5 minutos, sonreír cuando se está cansado, ducha fría) dándoles una dimensión contemplativa hacia Jesucristo en la cruz. Los cristianos que se mortifican procuran hacerlo por desagravio al Señor (repararle por los pecados propios y ajenos), para pedir más intensamente por algún motivo (conversión de un amigo), crecer en la virtud de la fortaleza, en un amor a Dios más sobrenatural, etc. Las mortificaciones o sacrificios se ofrecen a Dios en cualquier circunstancia de la jornada, aunque se ofrecen a Dios de manera más intensa en la Misa, la cual es centro y raíz de la vida cristiana, como dirá el fundador de La Obra.29
Caridad y apostolado. Los cristianos deben dar la máxima importancia a la virtud de la caridad: comprensión, compasión, cortesía, ayuda a los necesitados y corrección fraterna. La caridad exige el apostolado, dando lo mejor a la gente: el mismo Dios, fuente de paz y alegría.
Unidad de vida. El cristiano que practica estas enseñanzas no tiene una doble vida, una vida de fe completamente ajena a su trabajo cotidiano. Por el contrario, tiene una "unidad de vida" —una unión profunda con Jesucristo, Dios perfecto y Hombre perfecto, una persona en que la potencia divina se une con la ordinaria actividad humana. Así, el trabajo de un verdadero cristiano se transforma en trabajo de Dios, Opus Dei. Este cristiano, a pesar de los defectos que trata de erradicar con humildad, es "alter Christus, ipse Christus" otro Cristo, el mismo Cristo.30
Según Escrivá, el fundamento de la vida cristiana es una consciencia personal de la filiación divina. "La alegría viene de saberse hijos de Dios," dice Josemaría.31 El Opus Dei, dice, es "un ascetismo sonriente".32
La espiritualidad de la institución se recoge, en gran medida, en la obra de Escrivá de Balaguer “Camino”, una serie de 999 puntos de meditación para orientar a los fieles.
Según el británico Stephen Tomkins, autor de "Breve historia de la cristiandad", "el Opus Dei exige una especie de voto monástico, aunque no en un monasterio sino en medio de la sociedad... Contemplativos en medio del mundo"[cita requerida]. El texto indica una cierta tendencia a calificar nuevas formas en la Iglesia con las categorías acostumbradas, no siempre acordes a los nuevos carismas.
La idea de la llamada universal a la santidad fue predicada por San Agustín y por San Francisco de Sales, que sin embargo daban énfasis a la liturgia y las oraciones. "Escrivá es más radical... Para él, es el mismo trabajo material lo que debe transformarse en oración y santidad", según reflejó el Cardenal Luciani, que posterior sería Papa con el nombre de Juan Pablo I.33
Las premisas del mensaje del Opus Dei que todos los cristianos pueden y deben ser santos son las siguientes: los cristianos creen que:
Son "pobres criaturas" hechos de la nada y que "su soberbia les llevan a rebelarse con su Creador";
Cristo es el Dios vivo que "nos creo y nos mantiene en existencia" y "el único que puede satisfacer los deseos del corazón humano";
Cristo es un Salvador que "nos ama como loco" y es él quien tiene más interés que seamos santos: "Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación" (Tess 4:3);
"Este Cristo que está vivo es un Cristo que está cercano,"
Con el Espíritu Santo residiendo en un cristiano que está dispuesto a aprender, el espíritu humano que se creó para amar, dijo Escrivá, está llevado a través de un "plano inclinado", que empieza con la repetición ferviente de oraciones cortas y entonces " se deja paso a la intimidad divina, en un mirar a Dios sin descanso y sin cansancio..."34 Así, uno de sus enseñanzas favoritas es el mandato bíblico que todos deben amar a Dios con todo el corazón, alma, poder y mente, un amor que no se reserve nada, un amor que los padres deben transmitir todo el día a sus niños (Deut 6:4-9: Shema Yisrael), y que Cristo llamó "el mandamiento más grande" (Mt 22:37-40). Y también Escrivá apunta al mandamiento nuevo de Jesús: Amar unos a otros como yo os amé.

OPUS DEI

Tras el fallecimiento de Josemaría Escrivá, la Santa Sede recibió miles de cartas -entre ellas, las de un tercio del episcopado mundial- solicitando la urgente apertura del proceso de beatificación y canonización.17 Finalmente, su causa se introdujo en 1981 y el 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatificó a Josemaría Escrivá de Balaguer18 y el 6 de octubre de 2002, fue canonizado por dicho Papa.19


Puerta de entrada de la Iglesia Prelaticia del Opus Dei, en la que se encuentra la tumba de Josemaría Escrivá
El proceso de canonización de Escrivá gozó del apoyo de destacadas figuras de la jerarquía eclesiástica, pero estuvo también marcado por la polémica y la oposición; según algunos, por ejemplo, fue inusualmente rápido.20
Entre las voces positivas se encuentran, por ejemplo, el Arzobispo de París, que en 1979 afirmó que si “la Iglesia reconociese la santidad de Monseñor Escrivá (…), el mundo entero obtendría un gran beneficio”, o el del Cardenal Frantisek (Arzobispo de Praga), que dijo pocos meses después de su fallecimiento: “su muerte ha sellado una ejemplar vida cristiana y sacerdotal, modelo para la Iglesia”. Mons. García Lahiguera, Arzobispo de Valencia, que trató a Escrivá durante más de 40 años, dijo que “contemplando su vida” se podía decir que “Josemaría Escrivá de Balaguer y Albás era un santo”, y el Cardenal Ángel Suquía afirmó en la clausura del Proceso de Virtudes (paso previo a la canonización) que tenía la “segura esperanza” de que su canonización serviría “para despertar y promover deseos y propósitos de santidad”.

OPUS DEI.

El 2 de octubre de 1928, Josemaría Escrivá de Balaguer funda el "Opus Dei"11 como «camino de santificación dirigido a toda clase de personas en el trabajo profesional y en el cumplimiento de los deberes ordinarios del cristiano». Este mensaje chocó con la idea generalizada en aquella época de que para ser santo había que llevar una vida consagrada únicamente a Dios, es decir, sólo los religiosos podían ser santos.
En 1930 fundó la sección femenina del Opus Dei, que hasta ese momento era sólo para varones.
En el año 1933 se abre el primer centro del Opus Dei, la "Academia DyA" donde se imparten clases de Derecho y Arquitectura. Un año después la "Academia DyA" se convierte en residencia universitaria.
Hacia 1935/36, en la "Academia DyA", los miembros del Opus Dei comenzaron a practicar algunas costumbres que el fundador concibió como medios para alcanzar los fines de la institución y que pasarían a ser signos distintivos de la futura Obra, entre las que se encuentran la corrección fraterna, las visitas a pobres y enfermos, las catequesis o el llamado "plan de vida", que incluye actos de piedad como la misa diaria, comunión, rezo del ángelus, visita al sagrario, lectura del Evangelio, rosario y mortificaciones.
Durante la guerra civil española, en la que se desata la persecución religiosa, Josemaría Escrivá se ve obligado a refugiarse en diversos lugares.12 En 1937, Escrivá y otros miembros del Opus Dei abandonan la zona "republicana" cruzando los Pirineos por Andorra y llegando a Francia, desde donde regresan a España, a la zona dominada por los sublevados, donde la Iglesia no era perseguida. La contienda hace suspender los proyectos del fundador del Opus Dei de extender la labor apostólica a otros países.
Tras la guerra civil, se inicia en España la dictadura de Franco que, después de la persecución religiosa sufrida por la Iglesia Católica, contó con el apoyo de buena parte de la jerarquía. Terminada la guerra, Josemaría Escrivá regresa a Madrid, y comienza a expandir la labor del Opus Dei por otras ciudades de España. El inicio de la Segunda Guerra Mundial impide los intentos de expandir el Opus Dei a nivel internacional.
En 1941 fue aprobado como "Pía Unión" por el Obispo de Madrid, Leopoldo Eijo y Garay, pues desde la fecha de su fundación en 1928 el Opus Dei estuvo sin reconocimiento jurídico por parte de la Iglesia Católica. Esta figura estaba englobada en las Asociaciones de fieles, y no suponía un cambio de estado para sus miembros.
Artículo principal: Itinerario jurídico del Opus Dei.
El 14 de febrero de 1943, Josemaría Escrivá encuentra una solución jurídica que permitirá la ordenación de sacerdotes dentro del Opus Dei, la "Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz". Esto se ve reflejado un año después, el 25 de junio de 1944, cuando es reconocida jurídicamente como "Sociedad de vida en común sin votos públicos" por el Obispo de Madrid, quien ordena a los primeros sacerdotes del Opus Dei: Álvaro del Portillo, José María Hernández Garnica13 y José Luis Múzquiz.14 Esta Sociedad Sacerdotal está formada por algunos miembros varones del Opus Dei que se preparan para ser sacerdotes, y por los que se van ordenando. La figura de Sociedad de vida común pertenecía el estado de perfección, y sus miembros clérigos emitían los correspondientes votos de castidad, pobreza y obediencia.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el fundador del Opus Dei se traslada a vivir a Roma al darse cuenta de que si quiere expandir sus enseñanzas alrededor del mundo deberá establecer la sede del Opus Dei en esa ciudad. En los años siguientes viaja por toda Europa, para preparar el establecimiento del Opus Dei en diversos países.
En 1946 comienza la labor del Opus Dei en Portugal, Italia, Inglaterra, Irlanda y Francia.
A partir de su establecimiento en Roma, se comienzan a fundar nuevos centros de enseñanza del Opus Dei, entre los que cabe destacar el "Colegio Romano de la Santa Cruz" (fundado en 1948, y actualmente uno de los dos Seminarios de la Prelatura), por el que pasarán a partir de entonces cientos de miembros "numerarios" del Opus Dei, que recibirán una formación espiritual y pastoral al tiempo que realizan estudios en diversos ateneos pontificios romanos. Con esos estudios, gran parte de dichos numerarios se preparan para el sacerdocio.
En 1947 el Opus Dei recibe la aprobación provisional por parte de la Santa Sede como Instituto Secular de derecho pontificio. La aprobación definitiva le será otorgada en 1950. Al Instituto pertenecen hombres y mujeres laicos y sacerdotes, tanto los que provienen de los laicos del Instituto y que se ordenan para servir a éste, como los sacerdotes diocesanos que continúan dependiendo de sus respectivos Obispos.
Desde 1949 el fundador impulsa desde Roma la expansión del Opus Dei por todo el mundo. Antes de acabar este año, irán los primeros miembros a Estados Unidos y México. Cada año se irán sumando nuevos países.15
En 1950 se empezó en Chile y Argentina. En 1951 fueron los primeros a Venezuela y Colombia. En 1952 se comenzó en Alemania; en 1953 tocó el turno a Perú y Guatemala; en 1954 se inició la labor en Ecuador; en 1956, en Suiza y Uruguay; en 1957 se dieron los primeros pasos en Austria, Brasil y Canadá; en 1958 se fue a El Salvador, Kenya y Japón; en 1959 a Costa Rica. En 1960 a Holanda.16
En 1952 comienzan las actividades del Estudio General de Navarra, en Pamplona, que con el tiempo se convertiría en la Universidad de Navarra, con sedes en las ciudades de Pamplona, San Sebastián, Barcelona y Madrid.
En 1953 se funda en Roma el "Colegio Romano de Santa María", dirigido a numerarias, que es el equivalente del "Colegio Romano de la Santa Cruz", con las mismas funciones que éste, exceptuando la preparación para el sacerdocio, pues la Iglesia no lo permite.


Javier Echevarría.
El 26 de junio de 1975, Josemaría Escrivá fallece en Roma. En ese momento pertenecen al Opus Dei unas 60.000 personas de 80 nacionalidades.
En Huesca (España) se inauguró el 7 de julio de 1975 el actual Santuario de Torreciudad, un antiguo proyecto de su fundador que databa de 1960.
El 15 de septiembre del mismo año, Álvaro del Portillo es elegido para suceder al fundador.
El 28 de noviembre de 1982 Juan Pablo II lo erige como la primera prelatura personal de la Iglesia Católica y nombra prelado a Álvaro del Portillo, al que en 1991 conferiría la ordenación episcopal; intrínsecamente unida a la prelatura, está la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, asociación de sacerdotes a la que pertenecen los sacerdotes de la Prelatura y aquellos sacerdotes diocesanos que lo deseen (y que no dejan de depender en todo de sus respectivos Obispos).
En 1994 fallece Álvaro del Portillo, siendo elegido como su sucesor Javier Echevarría, el actual Prelado y que fue ordenado Obispo en 1995.

jueves, 7 de noviembre de 2013

OPUS DEI.

La Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei es una institución perteneciente a la Iglesia católica. Fue erigida como Prelatura el 28 de noviembre de 1982 mediante la Constitución Apostólica Ut sit otorgada por el papa Juan Pablo II.3 4 Fue fundada el 2 de octubre de 1928 por Josemaría Escrivá de Balaguer, sacerdote español canonizado en 2002 por Juan Pablo II. El término latino «Opus Dei» significa «obra de Dios».
La prelatura está gobernada por un prelado y compuesta por sacerdotes que forman el clero propio de la prelatura y por fieles laicos.5
El Opus Dei, fundado en 1928, fue aprobado por primera vez en 1941 por el obispo de Madrid (España), Leopoldo Eijo y Garay. Años después, en 1950, la Santa Sede lo aprobó como Instituto Secular, rigiéndose por sus propios estatutos y dependiendo de la "Congregación de Religiosos".6 Tras solicitarlo, fue erigida como prelatura personal (es decir, no territorial) el 28 de noviembre de 1982 por el Papa Juan Pablo II, siendo la única existente en la actualidad. La prelatura depende de la Congregación para los Obispos.
De acuerdo con la propia organización, la misión del Opus Dei consiste en fomentar entre los bautizados la conciencia de la llamada universal a la santidad.7
Según el Anuario Pontificio de 2013, el Opus Dei cuenta con 2.051 sacerdotes en el mundo y un total de 89.909 miembros.8 El 55% de los miembros del Opus Dei son mujeres y cerca del 90% viven en Europa y América.9
El patrimonio de la prelatura está estimado en un mínimo de 2.800 millones de dólares, según un estudio de John Allen.10
El Opus Dei ha recibido reconocimiento y apoyo de los Papas, de diversas autoridades católicas y de otras personalidades.

domingo, 3 de noviembre de 2013

LOS PECADOS DE LA IGLESIA.

La Inquisición romana, también llamada Congregación del Santo Oficio, fue creada en 1542, ante la amenaza del protestantismo, por el Papa Pablo III. Se trataba de un organismo bastante diferente de la Inquisición medieval, ya que era una congregación permanente de cardenales y otros prelados que no dependía del control episcopal. Su ámbito de acción se extendía a toda la Iglesia Católica. Su principal tarea fue desmantelar y atacar a las organizaciones, corrientes de pensamiento y posturas religiosas que socavaran la integridad de la fe católica, y examinar y proscribir los libros que se considerasen ofensivos para la ortodoxia.
Al comienzo, la actividad de la Inquisición romana se restringió a Italia, pero cuando Gian Pietro Caraffa fue elegido Papa como Pablo IV, en 1555, comenzó a perseguir a numerosos sospechosos de heterodoxia, entre los que se encontraban varios miembros de la jerarquía eclesiástica, como el cardenal inglés Reginald Pole. En 1600 fue juzgado, condenado y ejecutado el filósofo Giordano Bruno. En 1633 fue procesado y condenado Galileo Galilei, al destierro a más de 50 km de Roma, suspendiéndole asimismo el abono del dinero que recibía al modo de una beca moderna.
En 1965 el papa Pablo VI reorganizó el Santo Oficio, denominándolo Congregación para la Doctrina de la Fe.
Inquisición portuguesa[editar · editar código]
Artículo principal: Inquisición portuguesa.
En Portugal, donde se habían refugiado numerosos judíos españoles luego de la expulsión de 1492, el rey Manuel I, presionado por sus suegros, los Reyes Católicos, decretó la expulsión de los judíos que no se convirtieran al cristianismo en 1497. Esto produjo numerosas conversiones al catolicismo.
La Inquisición portuguesa fue establecida en Portugal en 1536 por el rey Juan III. En un principio, la Inquisición portuguesa estaba bajo la autoridad del papa, pero en 1539, el rey nombró inquisidor mayor a su propio hermano, Don Enrique. Finalmente, en 1547, el papa terminó aceptando que la Inquisición dependiese de la corona portuguesa.
El primer auto de fe tuvo lugar en Lisboa el 20 de septiembre de 1540 y en 1560 se establece un tribunal de la Inquisición en Goa. Fue abolida por las Cortes Generales en 1821.
Inquisición y brujería[editar · editar código]

En 2004 se publicaron las "Actas del simposio internacional: La inquisición",4 5 gracias a la apertura de los archivos secretos de la Congregación para la Doctrina de la Fe ordenada por Juan Pablo II en 1998. En estas actas se recoge toda la documentación sobre los procesos inquisitoriales en la Europa católica donde regía el Vaticano en el campo espiritual. Desmitifica una parte del genocidio en países como España por brujería, exagerados por la exitosa campaña protestante (ver Leyenda Negra de la Inquisición Española) para mejorar su oposición al Imperio español de la época.
Primero es necesario comentar que se inició como un fenómeno popular, la aparición de la figura de la bruja poseída por el diablo, y así se irían ajusticiando por la población local. En 1484, Inocencio VIII da por oficial la existencia de la brujería por medio de la bula Summis desideratis affectibus:
Ha llegado a nuestros oídos que gran número de personas de ambos sexos no evitan el fornicar con los demonios, íncubos y súcubos; y que mediante sus brujerías, hechizos y conjuros, sofocan, extinguen y hacen perecer la fecundidad de las mujeres, la propagación de los animales, la mies de la tierra.
Algunos autores[¿quién?] sostienen que el papa no podía saber lo que Kramer y Sprenger iban a decir en el Malleus Maleficarum y que sólo había publicado la bula para decir que compartía su inquietud por el problema de las brujas. Sin embargo, la posición de la Iglesia con respecto a las brujas agravó la crisis de las persecuciones. Las primeras grandes oleadas de caza de brujas son consecuencia directa del Malleus Maleficarum debido a la amplia distribución que tuvo el libro. Aunque la Iglesia nunca aprobó oficialmente la caza de brujas, en 1657 prohibió esas persecuciones en la bula Pro formandis

LOS PECADOS DE LA IGLESIA.

Procedimiento judicial


La Inquisición, cuadro de Goya.
Al establecerse el Tribunal del Santo Oficio, los primeros procedimientos consistían en una ceremonia llamada de "Juramento", en la que como lo dice el nombre, los asistentes juraban denunciar a todas las personas que consideraran sospechosas y prestar al tribunal la ayuda que pidiese, pero además, al concluir esa ceremonia se daba lectura a un edicto de los inquisidores, llamado Edicto General de Gracia, por el cual se conminaba a quienes se sintieran culpables a denunciarse dentro de un plazo fijado so pena de excomunión mayor. En el edicto se indicaban con minuciosidad los hechos considerados punibles y se le prohibía a los confesores dar la absolución a los que de algún modo no hubieren cumplido con aquel mandamiento.
Toda denuncia incluso anónima, era válida. Una vez recibida, se abría de inmediato una investigación secreta que al revelar algún indicio, por débil que fuera, conducía al apoderamiento de la persona indiciada y al aseguramiento de sus bienes. Se le tomaba enseguida una declaración que incluía siempre preguntas sobre su familia y su origen, sobre su conocimiento de los dogmas y prácticas sobre la religión católica, y sobre si tenía alguna sospecha acerca del motivo de su prisión. Por lo general el acusado manifestaba total ignorancia a ese respecto, temeroso de implicarse en algún hecho que no figurara en la denuncia, situación que agravaba su caso. Si después de preguntarle tres veces el acusado persistía en la misma respuesta se le declaraba "negativo" y se abría propiamente hablando el proceso. Durante toda la secuela de éste –que a veces tardaba años- el acusado permanecía incomunicado en la llamada cárcel del secreto y ni siquiera podía hablar con él uno de los inquisidores si faltaba alguien que pudiera servir de testigo. El acusado nunca era informado del nombre de quienes declaraban en el proceso, no había por supuesto la posibilidad de careos y el recurso de tachar a un testigo por ser enemigo del acusado solo podía hacerse efectivo si este adivinaba quien había declarado en su contra o por torpeza del acusado en las declaraciones del testigo. A todos los testigos se les exigía el juramento del secreto.

LOS PECADOS DE LA IGLESIA.

La Inquisición real se implantó en la Corona de Castilla en 1478 por la bula del papa Sixto IV Exigit sincerae devotionis con la finalidad de combatir las prácticas judaizantes de los judeoconversos de Sevilla. A diferencia de la Inquisición medieval, dependía directamente de la monarquía, es decir, de los Reyes Católicos. Tras una nueva bula emitida en 1483, la Inquisición se extendió a los reinos de la Corona de Aragón, incluyendo Sicilia y Cerdeña, y a los territorios de América (hubo tribunales de la Inquisición en México, Lima y Cartagena de Indias), y se nombró Inquisidor General a Tomás de Torquemada. La Inquisición se convirtió en la única institución común a todos los españoles, con excepción de la propia Corona, a quien servía como instrumento del poder real: era un organismo policial interestatal, capaz de actuar a ambos lados de las fronteras entre las coronas de Castilla y Aragón, mientras que los agentes ordinarios de la Corona no podían rebasar los límites jurisdiccionales de sus respectivos reinos.
Inquisición española en México[editar · editar código]
La historia de la Santa Inquisición en México se inició desde los primeros momentos en que los españoles pisaron este continente. Los primeros casos de que se tiene noticia son las "ordenanzas" contra blasfemos promulgadas por Hernán Cortés en 1520, es decir antes de la caída de la gran Tenochtitlán, y el proceso de idolatría iniciado por Nuño Beltrán de Guzmán en contra de Caltzontzin, señor de los tarascos. Por otra parte, hay ciertos indicios de actividades inquisitoriales contra herejes desde 1522, realizadas al parecer, por frailes que desde entonces ya se encontraban en México.
Tras la conquista se instauró el Tribunal del Santo Oficio, que dependía directamente del Consejo de la Suprema Inquisición, que estaba encabezado por el inquisidor general de la Monarquía Hispánica. La autoridad superior del tribunal en México era el Inquisidor o Inquisidores, puesto que normalmente ocupaban varias personas. Los empleados de más alto rango eran el fiscal, a cuyo cargo estaba promover los procesos, y el Secretario del secreto, que tenía fe publica y autorizaba las actas, diligencias, despachos, edictos, etc. Los inquisidores contaban con un cuerpo de personas doctas y de alta posición social y oficial llamados "consultores del Santo Oficio", que integraban una especie de consejo. Estos consultores intervenían con su voto en las decisiones graves, como cuando un reo era condenado a muerte. El tribunal contaba además con el auxilio de un cuerpo de peritos en asuntos teológicos y religiosos, llamados calificadores del Santo Oficio, cuya misión era ilustrar la opinión de los inquisidores en casos debatibles y de difícil resolución. También existía un cuerpo policiaco, que eran quienes resguardaban las cárceles y el Tribunal del Santo Oficio.

LOS PECADOS DE LA IGLESIA.

Aunque el procedimiento inquisitorial como medio para combatir la herejía es una práctica antigua de la Iglesia católica, la Inquisición episcopal, primera fórmula de la Inquisición medieval, fue establecida en 1184 mediante la bula del papa Lucio III Ad abolendam, como un instrumento para acabar con la herejía cátara. El castigo físico a los herejes había sido dispuesto con anterioridad por Federico II Hohenstaufen, la institución de la Inquisición se dio para detener los abusos que estos procesos podrían sufrir por parte del poder civil. Mediante esta bula, se exigía a los obispos que interviniesen activamente para extirpar la herejía y se les otorgaba la potestad de juzgar y condenar a los herejes de su diócesis.
A las anteriores disposiciones [...] agregamos el que cualquier arzobispo u obispo, por sí o por su archidiácono o por otras personas honestas e idóneas, una o dos veces al año, inspeccione las parroquias en las que se sospeche que habitan herejes; y allí obligue a tres o más varones de buena fama, o si pareciese necesario a toda la vecindad, a que bajo juramento indiquen al obispo o al archidiácono si conocen allí herejes, o a algunos que celebren reuniones ocultas o se aparten de la vida, las costumbres o el trato común de los fieles.1
En las siguientes décadas, el proceso de la Inquisición resultó intermitente y contradictorio en muchas ocasiones. Un ejemplo fue el caso del primer director de la Inquisición de Hungría, Paulus Hungarus, quien defendió a los chamanes paganos húngaros valiéndose de su influencia con el Papa Inocencio III. Además, aseguró que estos al adorar al sol adoraban al ente supremo que era el mismo Dios, así que no hallaba razón para condenarlos. Paulus Hungarus fue uno de los primeros frailes dominicos, quien escribió importantes documentos como la Suma de poenitentiae, tendiendo las bases de la nueva orden a petición de Domingo de Guzmán. Sin embargo, Paulus fue destituido y reemplazado por un religioso más estricto cerca de 1232, después de haberse iniciado propiamente la Inquisición.2
En 1231, ante el fracaso de la Inquisición episcopal, denominada así porque no dependía de una autoridad central, sino que era administrada por los obispos locales, Gregorio IX creó mediante la bula Excommunicamus la Inquisición pontificia o Inquisición papal, dirigida directamente por el Papa y dominada las por órdenes mendicantes, especialmente los dominicos. El hecho de que religiosos bajo el control directo del Papa tuvieran a su cargo los tribunales, fue un freno a su expansión, ya que algunos obispos no querían ver limitado su poder en una diócesis por la presencia de estos organismos papales.3
En 1252, el papa Inocencio IV autorizó en la bula Ad extirpanda el uso de la tortura para obtener la confesión de los reos. Se recomendaba a los torturadores no se excedieran hasta el punto de mutilar al reo o finiquitarlos. Las penas eran variables. Los que se negaban a abjurar, "herejes relapsos", eran entregados al brazo secular para la ejecución de la pena de muerte.
La Inquisición pontificia funcionó sobre todo en el sur de Francia y en el norte de Italia. En España, existió en la Corona de Aragón desde 1249, pero no en la de Castilla.

PECADOS DE LA IGLESIA.

En los comienzos de la Iglesia la pena habitual por herejía era la excomunión. Cuando los emperadores romanos convierten el cristianismo en religión estatal en el siglo IV, los herejes empiezan a considerarse enemigos del Estado. En su momento San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes[cita requerida].
En respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produce en el siglo XII en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida contra la doctrina albigense, la cual no coincidía con los puntos de vista de la Iglesia católica con relación al matrimonio y otras instituciones de la sociedad. Como reacción, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra los albigenses promulgando una legislación punitiva contra ellos. Sin embargo, los esfuerzos iniciales destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron ineficaces.

PECADOS DE LA IGLESIA

El término Inquisición hace referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía mayoritariamente en el seno de la Iglesia católica. La herejía en la era medieval muchas veces se castigaba con la pena de muerte, y de ésta se derivan todas las demás. La Inquisición medieval fue fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir la herejía de los cátaros o albigenses, que en 1249 se implantó también en el reino de Aragón (fue la primera Inquisición estatal) y que en la Edad Moderna, con la unión de Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición española (1478-1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se extendió después a América; la Inquisición portuguesa (1536-1821) y la Inquisición romana (1542-1965). Aunque en los países de mayoría protestante también hubo persecuciones, en este caso contra católicos, contra reformadores radicales como los anabaptistas y contra supuestos practicantes de brujería, los tribunales se constituían en el marco del poder real o local, generalmente adecuado para cada caso concreto, y no constituyeron una institución específica.